De verdad que los que le sacan jugo a la imaginación son gente de admirarse.
No porque pueden formular un mundo lleno de ideas sino porque describen lo que ven.
Yo veo y no puedo pintar.
Quizá es por eso tan impresionante entrar al estudio de un pintor. Los instrumentos los puede tocar cualquiera. Ahí están, es nada más de recogerlos y hacerse de ellos como cualquier ladrón lo haría.
Dos ladrones lo harían. Uno por poseer lo material y el otro por poseer el don intelectual de poder hacer algo con los utensilios que transforman la realidad un cuadro a la vez.
Es lo mismo al ver un instrumento musical. Se aprecia su belleza. Pero pocos pueden hacerle vibrar como para hacer melodías del ruido.