Adriano

Publio Elio Adriano2 (Itálica o Roma,1 24 de enero de 76 – Bayas, 10 de julio de 138), conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus,  emperador del Imperio romano (117–138). Miembro de la Dinastí­a Ulpio-Aelia3 y tercero de los cinco emperadores buenos,4 así­ como segundo de los emperadores hispanos.

Pues he acabado de leer a Adriano, libro escrito por Yourcenar. Uno pensarí­a que los españoles tendrí­an cientos de historias sobre este hijo predilecto pero si apenas lo conocí­an cuando preguntaba sobre Adriano durante mi estancia este último estí­o en Madrid. Di con el mismo libro pero traducido al español en La Cuesta de Moyano pero no me interesó de la nada, así­ que ahí­ lo dejé entre otros libros que el sol consumí­a a esa hora del dí­a que los madrileños suelen echarse la siesta y cuya practica va en decline.

Hay veces que una búsqueda te hace descubrir más de lo que uno imagina y pues heme dado cuenta, en mi afán por dar con libros de Adriano en Español, que el género literario de novela histórica es lo mero mí­o. Me apasiona y me consume la concentración muchí­simo como así­ mismo me despierta un interés que no suelo desplayar con otros libros. Comprendo que se debe, sin duda, a que libros de novelas  históricas exigen del lector más allá del mero placer de leer puesto que la lectura despierta la curiosidad y esta última en su afán de satisfacción induce a la búsqueda de otras fuentes fuera del libro.

Siempre he tenido un interés por Roma, no sé si es por mi nombre de pila, Julio César, lo que despierte el interés pero la imaginación y la vanidad de seguro hacen su mello en mi deseo de saber más sobre esa época clásica. Descubrí­a mucho y me di cuenta del interés que aún despierta Adriano, por lo menos dentro del ámbito de la lengua inglés que ni tarde ni perezoso da pormenores del viejo emperador en sus noticias cotidianas. Lo digo porque en Italia pensaban construir un tiradero de basura en la vieja casa de Adriano y el escándalo no se hizo esperar. Adriano comanda a la gente aún después de su viaje al más allá.

Yourcenar sí­ que supo usar la imaginación en concierto con lo académico; supo deliciosa toda la lectura. Yourcenar supo darle vida a Adriano y durante toda la lectura uno se perdí­a en la voz de Adriano que nos hablaba de sus viajes y sus percances con el poder, y todo con ese sabor estoico que le caracterizó a saber de lenguas que le han estudiado. Eso es poder manejar la lengua, hacer al lector perderse en ese vortiginoso mundo de lo posible. Uno comprende porqué Yorcenar fue la 1ra dama en entrar a la  Académie Franí§aise. Hacer saltar en vida a una persona muerta dentro de los lí­mites de la lengua, eso sí­ es manipular la lengua y no tengo la menor duda que Adriano aprobarí­a de los esfuerzos de Yourcenar puesto que cubre a leguas la pasión y las exigencias que se requieren para poder comunicar.

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