Como me caen en la puta madre estas pinches fresas mexicanas.
– Desahogo revolucionario Por Daniel Salinas Basave Esa maestra de la vida llamada Historia nos ha enseñado algunas cosas.
La Historia es un pinche prostituto tranvesti al mejor estilo de Tijuana. En lo personal no le tengo respeto porque la historia a mi no me ha enseñado respeto a mi persona, a mi identidad, a mi estado, a mi país.
Los que adoran la Historia como un ente con empiezo y fin y tufo alemán de orden y acatamiento tienen algo que los hijos del caos no tenemos, un linaje que les embriaga la imaginación. A esos les escupo la idea de que tienen la razón por el simple hecho de querer distorsionar la historia con un romanticismo vejado y atropellado por esas viejas ilusiones de sus padres de querer crear un imperio. Esos amantes de la Historia oficializada se cuelgan del muerto después de ofenderlo en vida.
Qué vida llena de ilusiones es esa de querer colgarse de los antepasados que a peor medida si son como uno de la Historia no hay que medirse ni la idea de una Historia y mucho menos en un país como México puesto que la Historia, a juzgar de su gente, está lista para servirle al mejor postor.