En las vigencias de una cultura se pueden leer cantidades enormes de costumbres y usos de la gente. En lo particular tengo en mente un insulto que para mí siempre no lo ha sido pero que para la generación de mi abuela materna, Doña Julia Lucero viuda de Martínez, como solía escribir su nombre y cuya firma aún se puede leer y ver en mis calificaciones chafas de la escuela primaria Gabriel Ramos Millán allá por la Zona Norte de Tijuana, terreno siempre lleno de memorias agradables y desagradables pues era terreno amigo y enemigo a la vez, si lo ha sido, o sea, el insulto al que me refiero antes de darle rienda suelta a la parrafada esa. Recuerdo bien la manera en que me acautelaba por si acaso mediante algún infortunio por ahí alguien me daba el insulto. El insulto consiste en mostrar el dedo gordo en medio de otros dedos con el puño cerrado. Ese insulto nunca lo fue para mí, y a corta edad comprendía que eso no era nada pero sí lo era si alguien me mostraba el dedo más largo de la mano conocido como dedo vulgar en Wikipedia. Acá en Digitus Impudicus: The Middle Finger and the Law, se encuentra un papel blanco al respecto.
Me ha venido viniendo a mente de hace tiempo atrás porque suelo de vez en cuando darle una repasada a un pequeño libro de esos que rescato de las tiendas de segunda mano de por estos lares nórdicos. El libro se llama y lleva por título, The Temple Shakespeare Lexicon and Corcodance. Prepared by Marian Edwardes. London: Published by J.M. Dent and Co. Alding-House -W.C MCMIX (1909 para aquellos que no sepan leer números romanos o son demasiados perezosos para descifrar las letras)
Aparte de nunca comprender la suerte de insulto que le causaba a mi finada abuela no comprendí hasta que vi en el libro que se trataba de un insulto español. A ser verdad mi abuela era oriunda de Zacatecas, de Pueblo Viejo. Pero para que vean como es que la cultura se transmite. He aquí la imagen que me ha traído estos recuerdos de costumbres y usos en mi familia.