Dead Tj people

Por lo general leo más de lo que comento en la blósfera, especialmente los blós de Tijuana. No sé realmente a qué se deba. Me imagino que me gusta más ser parte de la corriente de conciencias y dejarme llevar por sus diferentes cauces sin detenerme mucho en ningún lugar. Creo que se debe a que me gusta pensar y reflexionar los contenidos de lo que leo sin las prisas que conlleva comentar lo leí­do justo en ese momento, lector a la vieja usanza, eso soy yo. Y esta mañana me resaltó algo que siempre me ha causado un problema con otros tijuanenses. No hace mucho se discutí­a entre la plebe de Tijuana si el Dí­a de los Muertos era una tradición tijuanense o no. Algunos argíüí­an que lo de Tijuana era el Halloween. Después, algunos medios de información empezaron a reportar sobre las costumbres de los neo advenedizos a Tijuana y sus costumbres de celebrar el Dí­a de los Muertos en los camposantos de la ciudad.

Yo soy uno de esos viejos tijuanenses que creció celebrando más el Halloween que el Dí­a de los Muertos. Mi familia, por alguna razón u otra, no celebrada el Dí­a de los Muertos. Aunque sospecho que los sarcófagos de mis parientes terminaron en un rí­o causado por las lluvias siempre y al cabo que en mi casa nunca dejaron de hablar de unas inundaciones particulares que se dan cada año en Tijuana y cómo es que la gente se escandalizó de que las lluvias arrancaron un buen cacho del panteón número tres llevándose por toda la calle segunda varios cofres y osamentas en su camino. Las cosas que se quedan en la memoria, les digo, pero decí­a. Así­ que para mí­ y con los que crecí­, era más obvio salir vestido de dracula, momia o monstruo que salir a pasar la noche o amanecer para ir dejar flores en una tumba por los panteones de Tijuana. Además, mi familia siempre ha vivido en el Centro, o lo que hoy en dí­a se conoce como el viejo Centro, y para el turismo el Halloween siempre ha sido más rentable.

Hoy quiero agregar un argumento más a esta vieja historia sin circulación alguna ya, así­ que es más una nota para mi uso particular más que para echarle leña a las cenizas de este argíüende sin participantes.

Los tijuanenses no tienen la costumbre de hablar de sus muertos. Para mí­, la internet y sus usuarios son un claro ejemplo de ello. Uno casi no encuentra mucha narrativa de los muertos que fueron algo en nuestras vidas. Sus vidas se acaban y ahí­ fue, no hay más. Y lo más seguro es que por ahí­ existan varios blogs de varios tijuanenses que alguna vez fueron alguien en la blósfera pero de los que ya nadie menciona. ¿Para qué?

Y es que para muchos tijuanenses, eso del culto a sus muertos no se da, simplemente y sencillamente, no se da.

Lämna ett svar