Carlos Ricardo

Creo que es una cierta especie de nueva ironí­a. Una hasta la fecha no vista. Charles Dickens nunca pretendió ser parte de ello pero helo en el ojo del huracán. Sorry Walcott, the whirl just doesn’t row. Pero qué sensatez, ¿de qué hablo? Hablo de polí­tica. Pienso en la pobreza. La pobreza de la era Industrial, del siglo pasado, del Milenio. He ahí­ Dickens. Lo veo, en sus descripciones que pinta sobre infantes llenos de hollí­n.

Llevamos más de tres siglos con los ricardos y su ideologí­a igualitaria de que todos seremos ricos, Warhol what not. O por lo menos cerca de ello, minus or plus, who cares. Los ricos rifan. A este paso tendrán que pasar varios milenios antes de ver los sueños guajiros del medioclasero. Ellos tienen medios que no tengo yo, pero en fin. I love Greenwhich.

Otra regurgitada idea es la de la lana. Money baby, dough, cash ese. It’s not religion that begs the question, no es religión la que anhela la repuesta.

Las preguntas del milenio son las siguientes: ¿puedes sobrevivir sin dinero? ¿Puedes existir sin dinero? ¿Puedes desarrollarte sin dinero? Ok, no quiero regresar a la era de Thoreau pero venga, una especie de desobediencia personal esta en orden. ¿Habrá esa especie de héroes en un mundo de seis billones plus que buscan fama mundial?

La pregunta más ruda y majadera serí­a preguntarse porqué no existen héroes así­ en la cosmologí­a hispana desde Fuente Ovejuna, pero eso es desviar un tanto el tópico. O quizá sea lo más acertado. ¿Qué es justo lo que esperemos nosotros de habla hispana este milenio? Ciertamente pocas riquezas. Nuestras mentes no están a la altura del dí­a. El parlar del anglo nos ha infectado la imaginación desde la Leyenda Negra y desde ese entonces estamos un tanto retrasados.

Vean ustedes el show de Vargas Llosa. Querí­a poner en su lugar a Hugo Chavez. Los mercenarios intelectuales al mejor postor, pero no le digan eso a Mario, háganme el favor. Capaz de que me acusa de ser demócrata en mi pensar.

Realmente no sé cómo es posible que un narrador de las explotaciones del poder puede tomar partida ya sea de derecha o de izquierda, pero es ahí­ donde mejor suena la música que hace al perro bailar. La tragedia de Vargas Llosa se torna a su paí­s: Perú. Quiso huir del Perú pero hasta en España le siguen los fantasmas que ignora: Sendero Luminoso. No tengo ni la menor duda de que Vargas Llosa, suponiendo que posee una mente ultra desarrollada, de que sabí­a lo que Fujimori, para exponer un ejemplo, sabí­a de que algo, no andaba bien en su paí­s.

Y es una de esas pocas preguntas que sobrevolaran sobre la conciencia de Llosa por la historia de la humanidad, como las moscas que redondean los puestos ambulantes de comida, ¿qué tanto sabí­a Llosa sobre las torturas que ocurrí­an en su paí­s?

Lämna ett svar