What the?

A diferencia de las mujeres nosotros los hombres no llevamos una relación tan í­ntima con nuestro órgano sexual. Las mujeres están más al tanto de su órgano que un hombre. Miran el otro lado de la función que nuestro cuerpo tiene. Los hombres no, estamos a años luz de tener una relación, una comunicación abierta con el interno yo de nuestros cuerpos. Ellas están sintonizadas a sus cuerpos; los hombres no sabemos ni qué hacer cuando nuestro órgano decidí­ declarar a las 6 de la mañana, todo está funcionando bien. No en serio, más primitivo no puede ser.

Amanecí­ con el pene erecto. No que esta entrada tenga que ver con el sexo sino que simplemente amanecí­ con el pene erecto. Para un hombre, amanecer con el pene erecto y no sentir deseos sexuales es tan complicado como querer comprender los sentimientos de una mujer. What the? Lo único que logro deducir es que mi otro inconsciente se tomó un viagra sin avisarme. No, claro, fuera de broma, sé de antemano que amanecer con mi órgano masculino erecto es indicio de buena salud lo que me sorprende aún más ya que soy un consumado bebedor de espí­ritus, ahem, pero no abusador, hemos de enfatizar. Bebemos de harina y huevo dirí­an los callejeros de mis amigos. Me miré el pene como mirando a un desconocido y preguntarle que qué chingados hace ahí­ como si no deberí­a estar en el lugar que está. No hay explicación para ello. Ahí­ tengan ustedes la razón de mi lado y la sabidurí­a cientí­fica de los últimos cien años a mi disposición y lo único que se me ocurre al ver el falo más tieso que un árbol petrificado es preguntarme que qué chingados hace mi verga bien parada delante mi. Qué negocio tiene más que anunciar mi buena salud y mi incomprensión de aceptar la verdad delante de mi. No sé, la verdad, este estado de sorpresa sobre mi pene me tiene preocupado un tanto.

Repasé lo que comí­ ayer, antier y la semana entera y no comí­ nada exquisito más que un platillo de alce que ni supe hasta mucho más después de que las albóndigas que yo creí­a eran albóndigas en realidad eran unas hamburguesas de alce, delicia que los suecos de los altiplanicies en donde vivo consideran como un platillo especial para el mes de Agosto.

Como todo buen hombre tuve que tocarme el pene para sentirlo en mi mano. Sé que más que uno dirá que esto suena ya a una fantasí­a homosexual pero no creo que no exista hombre en la tierra que no se haya atrevido agarrar su propio pene para sentir el falo en la palma de su mano. Y sí­, estaba bien duro el falo mio. Es una extraña sensación sentir el pene sin querer luego luego querer masturbarse. Sino que sentí­ por sentir más por curiosidad de salud que deseo sexual. Y otra vez, what the?

Deberí­a de dejar el tema en paz pero se me es imposible dejar de pensar en la curiosidad que me causó verme el pene bien presto a quién sabe qué, mi humanidad no podré comprenderla del todo pero siempre tiene sorpresas para mi. No que esta haya sido la primera vez que me ocurra pero sí­ la primera vez que escribo un poco sobre ello.

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