The Handmaid’s Tale
Margaret Atwood ISBN/Cat.No 9780099740919 ISBN-10 0099740915
Vintage 1996
Como todo buen lector mio sabrá usted que uno de mis principios es nunca leer una obra traducida si es que puedo leerla en su lengua materna. He pues aquí uno de esos ejemplos presentes. Leí a Margaret Atwood en su lengua natal, o sea en inglés. Y realmente me resultó grato poder leer esta escritora canadiense porque en mi repertorio de escritores canadienses ellos son la minoría en ese mar de libros que consumo en inglés. Francamente resultó ser toda una sorpresa para mí leer a Margareta. Y es que ella venía siendo una de esas escritoras modernas que me causan cierto malestar solo equiparable al ver el nombre de Danielle Steel. Después de leer su obra ya no.
La novela de Margaret Atwood se centra en esas sociedades típicas del consciente anglo y protestante que quieren controlar todo aspecto social y comportamiento para el bien de la raza. Se les conoce como Distopías. Bien dice Gloria Anzaldúa que lo de los gringos es mejorar la raza y su sueño guajiro ario. Lo que no quiere decir que los hispanos no sean lo mismo sino que hay una obsesión tajante por ello, por el bien del individuo que no se manifiesta en el colectivo hispano de igual manera. Los ejemplos abundan. Tengan la matanza de Jonestown o Las ideas locas de David Koresh o el culto Heaven’s Gate. Existen multitudes de películas al respecto desde que Orwell sacó su 1984. V es un ejemplo así como í†on Flux es otro.
La obra futuristica es imponente porque si algo la rescata es ese deseo, ese instinto latente en todos por la libertad. Hay un deseo de liberación por salir de la rutina, de la opresión del cotidiano y el dejo de jugend literatura de probar limites para avanzar al próximo nivel. No quiero decir con esto que se trate de una novela para adolescentes. Eso significaría sacarle de la utopía que anteriormente mencioné. Sino que en la novela siempre está presente ese peligro de cruzar al otro lado de lo prohibido.
La novela adopta la forma de un diario en una era que ya pasó. Es pues un intento de reconciliar dos códigos lingíüísticos. Recordemos que Canadá es un país que es dominado por el francés y el inglés. Y es que en el inglés no existe un verbo que mencioné al futuro y menos en retrospectiva como lo invita el futuro perfecto. Y es así pues como Margaret pretende conciliar el inglés y el francés en una novela distopica. Aquí el ser omnisciente se encuentra a muchos más años en el futuro de un futuro que ya fue. Hay que apreciar por igual el tempus de la novela pues existe una combinación de tiempos que raramente veo en obras hispanas. El futuro, el presente, el pasado y el perfecto causan un orden del tiempo bastante intrigante.
Es algo interesante leerla bajo la óptica hispana y es que nosotros a pesar de que tenemos verbos para describir el futuro realmente no hacemos mucho uso de él en la literatura. No es pues una herramienta que digamos que haya producido muchas obras de ciencia ficción.
El agudo lord Byron sostenía que la larguísima decadencia española había comenzado con el Quijote, y que la obra de Cervantes, que era nuestro icono cultural nacional, nos había hecho un daño terrible al enseñarnos que atreverse a soñar, a perseguir las propias quimeras y a ser distinto sólo conducía al más espantoso y patético de los ridículos. Rosa Montero: El Pais Semanal, 12 de septiembre de 2004.
La novela tiene lo típico, amor, celos, traición y un gobierno que controla todo, hagan de cuenta el USA del hoy con sus leyes para querer controlar todo el flujo de información pero en la novela de Atwood se regula hasta el pensamiento, los actos sexuales y hay una manía por la higiene mental escalofriante. En realidad no es mas que un intento por querer esclavizar. La humanidad sufre de ese deseo de que querer controlar todo aún así sea tener bajo el yugo de la prohibición a todos. Aquí las sufren más son las mujeres pues los que poseen todo el poder son hombres.