Donde no estén ustedes / Horacio Castellanos Moya Tusquets ISBN: 84-8310-245-5
No me cabe la menor duda que lo nuestro no tiene cabida en este mundo donde el centro es Madrid, España. Y es que la lengua que nos da expresión e identidad a los iberoamericanos, a los hispanoparlantes del continente americano procura no ampliar los horizontes de nuestro vasto repertorio lingíüístico sino que que con saña busca reducir la multitud de voces que goza hoy en día el español americano. Limpia, fija y da esplendor para la gloria de la asesina a mansalva de la Corona Española. La lengua lo es todo, y si no díganselo a los miles de cibernautas en la internet que se escandalizan por errores ortográficos o por carencia del uso de idioma o por insistir en ser editores o espulgadores de términos caducos o dizque anacrónicos como haiga, traiba, ansina, o mesmo etc con su respectiva destonación o recordatorio sobre lo indio de uno. En este caso la alusión al indio es aludir que uno es ignorante. Nunca falta un corrector del idioma en la red. Lo triste es que están sus mentes tan colonizadas por la imaginación ibérica que no dan cabida ni de su propia existencia así como mucho menos valorar lo propio, lo suyo. Y es así con está óptica que leí el libro del salvadoreño Horacio Castellanos Moya titulado Donde no estén ustedes por la editorial Tusquets.
Leí el libro porque siento responsabilidad hacia la hermandad centroamericana. Es mi deber como lector conocer la literatura que más cerca nos queda a los mexicanos dentro del ámbito hispano: centroamérica. He leído a Gioconda Belli anteriormente. Luego está el panameño Carlos Fuentes pero ese no cuenta porque se dice más mexicano que de Panamá. En fin, leer a Horacio Castellanos no me causó mucha gracia ya que no avanza la identidad del centroamericano en ningún respecto. De hecho el lenguaje traiciona mucho al escritor en esta novela, hay términos tanto de Castilla como de México y alguna que otra locución salvadoreña pero que no deja mucho para desear investigar más y quién sabe para qué mete vocablos del inglés. Es triste pues leer novelas de autores de otros países latinoamericanos donde la lengua está totalmente colonizada por Castilla. Lo que sí une esta novela es la tradición machista de las culturas hispanas. La estética está totalmente marginada a España y no me cabe la menor duda que la belleza en los ojos del los protagonistas es una inculcación por el odio hacia lo de uno. Lo nuestro nunca es ideal; el ideal luce por su ausencia o es reemplazado por un ideal ajeno, impuesto. De hecho, la lectura me trajo recuerdos a las viejas castas de Nueva España donde para poder subir la escalera social había que renegar el color de la piel de uno y anhelar lo imposible en una vida, ser blanco, lo máximo dentro de la cosmovisión hispana.
Y digo machista porque las mujeres en este libro solo están para complacer la verga de los protagonistas de la novela. El libro está dividido en dos partes y en la primera se trata de un alcohólico ex-embajador del El Salvador que vive con una chica mucho más menor que él y en la segunda parte un cuarentón que sólo piensa en complacer su verga mientras investiga la muerte del ex-embajador en México. Aquí las mujeres son sólo objetos sexuales a las cuales hay que meterles la verga a cómo dé lugar. No tienen mucha voz y si a lo mucho sólo la tienen para martirizar el ego de los protagonistas de la novela. Lo peor del caso es que los hombres ni siquiera pueden aceptar la independencia de las mujeres por disfrutar el sexo. Y si lo hacen son prostitutas profesionales. Lo escandaloso de la novela es que el cuarentón admite ser un pederasta declarado pues relata sin el mayor remordimiento haber penetrado a una niña de 14 años bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Los que quieran leer cosas más bonitas de este libro les sugiero presionar el siguiente link. Hay un intento por realzar el tema existencial que existe dentro de la cultura hispanoamericana de codiciar a los jóvenes. No es secreto a voces bajas que el ente hsipanoamericano codicia carne joven y como diría Octavio Paz, hay que chingar primero pues es eso lo que lo hace macho a uno. Pero el tema es infructuoso, no lo desarrolla muy bien que digamos más allá de plantarse la pregunta del porqué los hombres de mayor edad desean a las jóvenes mucho más que a las mujeres de su propia edad. Incluso se podría decir que el protagonista de la novela sufre un total desequilibrio sentimental porque no puede resolver las propias inseguridades de su sexualidad. Se encuentra en una crisis emocional sin par alguna y sólo sabe reaccionar sumiéndose el el alcohol y las drogas y no puede ver mujer alguna sin poder mirarla bajo la óptica del sexo, toda mujer bajo la mirada de este protagonista se reduce a la posibilidad de poder penetrarlas o no o si están feas o no etc. Otro tema que supuestamente quiere desarrollar es el tema de La Guerra Civil de El Salvador. El autor si apenas toca el tema por la superficie, se nota a leguas que le faltó imaginación y se ve a leguas que no hay investigación alguna sobre el tema.
Lo último que habrá que decir de este libro es que es apto para alcohólicos, aquí hay dos sujetos que mueren bajo los efectos de consumir alcohol sin moderación y las copas y las drogas están a flor de piel.