Dear Richard Simmons


Hoy fue mal dí­a para la dieta.

No es que halla sido un rebelde contra mi mismo y mis ’ideales’ corporales, sino ese ideal que tengo de no subir de peso por no querer tener barriga. Porque según eso, mi mejor amigo dice que no estoy gordo, dice que estoy pansón, por eso lo estimo al gíüey, siempre dándome por mi lado más flaco.

Tengo varios años sintiéndome gordo.

Checo sitios de ’ideal weight’ occidentales y me ellos me bajan, de perdida, el autoestima porque al recibir los resultados de mi consulta resulto ser todo un eslabón de la epidemia en vogue del occidente, un obeso. Aunque para ser francos, eso sólo suele ser en sitios que utilizan algún vestigio de la raí­z germánica, como el inglés o el sueco. No he visto mucho sitios en la red hispana que se dediquen a dar consultas sobre el ’peso ideal’ al menos que se trata de alguna mamada polí­tica de México como tampoco he buscado en español eso del peso ideal en uno. Estuviere en Italia la cosa serí­a diferente. A mi edad, no sé ni porqué me preocupa estar un poco de sobrepeso, y ese ’poco’, es una manita en la espalda de mi parte hacia mi por sentirme mejor de mi cuerpo, porque la verdad, no sé ni qué creer ya. Decí­a, estuviere en Italia, por ejemplo, la cosa serí­a diferente, porque ahí­, tener el cuerpo que poseo es seña de bienestar económico. En el ífrica, ni se diga, de seguro serí­a otro ideal del cual ni siquiera estoy interesado en saber por ese pudor que todo buen Occidental sostiene sobre ífrica.

Y es que me chingué más comida de la que suelo acostumbrar a comer aparte de las birrias que me chingo de harina y egg y ni siquiera es dí­a festivo para amortiguar el impacto del pecado mortal llamado como Gula, aunque esta gula fue un tanto light pues no comí­ hasta saciarme sino hasta sentirme culpable de haber comido de más.

Estoy consciente que la cerveza es la que no me hace perder esos 4 kilos que me molestan como una espiga en el ojo, y lástima que no conozca un obeso de verdad porque jode, le verí­a entonces el barrote en su ojo y mi espiga serí­a un Sequoia tree jodiéndome el consciente en vez de la mugre espiga que acabo de utilizar como metáfora para describir lo último.

Por estos dí­as ansí­o si tan sólo pesar 90 kilos en vez de los 94 que me chingan dí­a y noche chingaquedito, hacerles caso a esos 4 cabrones y estarí­a ya rentando todo lo que Richard Simmons me dijo en los 80’s mas que al cual hice caso omiso y miramón, en la situación en la que me encuentro hoy.

En fin, mañana será otro dí­a para la dieta.

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