Yonder Lies It

Klaus

Los panistas no saben qué es el Estado. Campbell confiesa que ha vuelto su lectura hacia los grandes pensadores de la Enciclopedia: “El Leviatán”, de Tomas Hobbes, principalmente. A partir de sus lecturas, el escritor ha postulado algunos pensamientos filosóficos y polí­ticos, principalmente asegurando que en nuestro paí­s “el Estado no existe”. Zeta 1731.

Los mexicanos no sabemos quienes somos. Ni siquiera en internet sabemos quienes somos. Somos unos desconocidos totalmente los unos para los otros. Nos conocemos de paso, de largo y nos identificamos por unos cuantos sí­mbolos que nos desunen más que unirnos. Somos superficiales también y queremos ser algo que nos cuesta ser, famosos, ricos, felices, middle class y con cultura, cultos de alguna forma, y para eso siempre miramos al exterior, siempre. Nunca miramos hacia adentro. No nos conocemos a nosotros mismos.

Muy en parte quizá porque es cultura no propagar nuestros propios pensamientos. No nos dejan darnos a conocer. A pesar de ser un paí­s grandisimo, propagar las ideas de nuestro subconsciente es acción de las instituciones culturales de nuestro paí­s mas estas últimas son detenidas en muchos retenes cuya única función es idiotizarnos. Existe una deliberada concentración de poder de sofocar la difusión de las ideas en nuestro paí­s. 1.- Las casa editoriales hacen tirajes de unos cuantos miles siendo que México es un paí­s de millones. Esto limita el impacto de la idea. Limita darse a conocer al autor. 2.- Si hay buenos libros siempre suelen ser ideas de otros y por demás del extranjero. 2 -a) Tenemos una horrenda maña de que si algo no está bendecido /santificado/ por las autoridades debidas lo que se en mano es chatarra. O sea, la idea carece de valor en nuestros ojos. Para el mexicano la idea no puede sostenerse por si sola, no hay merito en ello. La idea tiene que ir acompañado de un nombre de renombre, y varias autoridades competentes diciendo que sí­, la persona es de admirar, no ya la idea, sino la persona en cuestión.

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3.- Tenemos una concepción de la cultura retrograda, anacrónica y toda la culpa la tiene la cultura del pendejismo, los mexicanos no nos respetamos los unos a los otros porque nos molesta ver a otro mexicano tener éxito en su vida.

4.- Todaví­a creemos que los mexicanos somos los mexicanos que Octavio Paz describió en el Laberinto de la Soledad.

5.- Nos odiamos los unos a los otros por clase social, color de piel y posición polí­tica amén de la forma en que hablamos y por cuánto y cómo sabemos español. Hay una insistencia por hablar bien.

6.- Tenemos un vestigio colonial hyper impregnado en nosotros: dirigirnos los unos a los otros por medio del usted.



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