Siempre he dicho que quiero pintar con palabras.
Hace días waché la movie Pollock. No alcancé a mirar todo el film. Pues el pinche alcohólico me puso pedo de tanto verle pistear. Y pues ái va el Julio a saquear la alacena de la emergencia para desastres de iluminación a causa de terceros. Je. Either way si esa es la filosofía de mis letras tendré que aceptar que lo mio es errático. Paint slash dot com what not. Oh well.
Por estos días me abruma el orden. Ya no tengo la libertad que tenía antes. De hecho esa libertad ha sido coartada por ideas mentales y no porque alguien me detenga y diga así u asá.
Sino que mis letras entran en conflicto con el deseo de ser estrella. El rockstareo. El impulso por ser un rockstar. Depresión por el non-success.
Dream on. Y es que también soy proponente de la nada. Sí, creo fervientemente en el nihilismo que caracteriza a cierta población de mi generación. Y hay fuerzas que se contraponen. Para eso no hay mercado, no hay público.
– Uy sí -, me dijo con un enfado típico de un medioclasero. – Te has de creer muy sabelotodo -. Eso después de que dije que nadie me comprende mi locura. Que los símbolos, que las palabras y arremetió, has de pensar que tu eres el último en este planeta que sabe lo que las palabras significan, ¿verdad?
Guardó una verdad difícil de ignorar en el espeto, por más que traté hicieron un eco desde su escondite. Sí, ese era mi error primordial. Creer que el único culto soy yo y nunca miro los defectos en mi porque soy creído. Creo arduamente en mi supremacía intelectual y es nada mas de esperar a que venga la gente adecuada para descubrir el genio que guardo en el saco carnal que llevo en este infierno terráqueo y zaz, verán mi alma, el genio, la verdad ocultada. Me creo un contemporáneo de esos que nadie descubrirá hasta los siglos del futuro y eso ya entrados y esperemos haya blogs por aquellos siglos porque sino, las letras mías terminaran un simple blip en ese espacio tragalotodo del ciberespacio hermano de las lavadoras que ocultan calcetines sin par alguno.
Giordano Bruno aguarda día a día que sus verdades sean vistas de nuevo, pero ¿qué tal los de hoy? Al igual aguardan los viejos mexicanos a que sus letras sean vistas de nuevo, al Duque Job, por ejemplo o un Amado Nervo o una Esther Tapia de Castellanos o esos escritos mayas y aztecas que tengo una vida esperando sean encontrados porque sé que los viejos aztecas no dejaron quemar sus códices así nada más porque sí. Están escondidos.
Quizá seamos más los verdaderos consumidores. Consumimos. Somos consumidos. Consumimos el hoy. Lo que hoy se publica. Creo que los verbos de regurgitar y reflexionar algún día dejaran de ser verbos que conlleven tiempo, pausa, algún marcador de espera.
El arte por sí es raro. El arte con hambre es otra historia. Yo no tengo ni arte ni hambre más sí estoy harto: de mis errores, de mis desatinos.
This blog has become a burden, for me, for the daily letter regurgitation. I can no longer stand it. I wish it never to have existed, yes, die, die a death unkwon to this date, may your death last a thousand years .