Con todas las desgracias que mi país, México, vive, no es fácil prioritar las noticias.
La izquierda está empeñada en ver fracasar al gobierno federal y el gobierno federal y su bola de achinchincles medioclaseros que se empeñan a forzar una visión que no corresponde a la nación no dan para buen agíüero.
Nos han quitado toda sana fe en un mañana, la esperanza, el porvenir y la imaginación sociológica del mexicano se prepara para lo inevitable que quiere que pase. Se atrincheran las posiciones y cada día nos damos cuánta de la grandes diferencias que aquejan a uno como mexicano y todo por culpa de ese mal llamado machismo en una era que debería en realidad abandonar ya esas pendejadas. Ni himno nacional, ni el juramento a la bandera, nada nos une por estos días. Nuestros principios, nuestros deseos, reprimidos por viejas cuentas que unos cuantos empeñados en mantener la violencia vigente como estatus quo del diario devenir del mexicano nos tienen divididos. Nunca un país ha sido tan rentable dejarlo en la miseria como México.
Ahora nos cuentan nuestros amigos del Agonist que un pozo de petroleo, llamado El Complejo Cantarell, está por acabarse anunciando así aún más males para mi querida nación. Y para acabarla de chingar, no hay quién nos guié al mañana más que unas cuantas profecías del pasado.
¿Y México? México va bien, gracias.
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