Yonder Lies It

notas para una espiritualidad tijuanense

1.- Dios existe, lo comprobó mi compa Descartes long ago pero el sayo, Dios, que no René, anda agíüitado con uno.

– Dios es la superstición mayor.

– Creer en Dios es creer en la mala suerte.
– Ver un gato negro cruzar la calle.
– Encontrarse una moneda en la calle y hacer una cruz en el lugar del hallazgo.
– Traer una pata de conejo como llavero.
– Dar por hecho el infierno.
– Si no crees en él, porque el Dios Cristiano es hombre, estás perdido para toda la eternidad. Serás consumido por el fuego, una de la ironí­as más complejas y perplejas del mundo cristiano ya que el avance de la humanidad se debí­o justo a que el hombre descubrió el fuego.

Nunca hemos logrado entablar comunicación con él u ella o ellos y ellas. El comite celestial que resguarda nuestras almas nunca se ha dignado a comunicarse con uno. Y hay que entenderlos o entenderle pues la raza es traidora a morir, es la naturaleza más humana que tenemos, traicionar, y creo, que al prometer algo habrí­a que cumplir pero no, se descubrió más temprano que tarde que hacer transas con uno no es lo más rentable para las deidades pues siempre salimos conque siempre no, conque eso no es lo que quize decir o sino no cumplimos lo que decimos y cuando la deidad no cumple le mentamos la madre hasta el cansancio, los ó lo desconocemos en un dos por tres, así­ que cero business my friend desde long ago. Y desde entonces cero verbo. Dios ya no cree en uno.

So se transó un jalecillo entre unos curillas, habí­a que hacerle creer a toda la plebe que la Palabra de Dios se nos dio, y para no complicarse la vida, se acordó en que sólo serí­a un Dios pues tener todo un cuerpo celestial al que habrí­a que nombrar simplemente era demasidado trabajo y muchos más otros libros, so en el proceso se invento la minificción, Eclesiastés, Esther, Ezequiel what not. Los tiempos ya no eran como antes y el downsizing de la teocrací­a pedí­a eso, less is more you know.

Y un ruco punto pedo, porque habí­a que meter cláusulas que le permitieran a uno ponerse pedo, escribió que ponerse pedo era ok y acabada la obra reglamentaria donde sólo unos cuantos podrí­an tener poder y toda la bola, la muchedumbre tení­a que morderse un huevo, se acordó nombrarlo Libro más ya crudo el guey que procuró la primera copia se tropezó y cayendo en agua, para que la raza no malentendiera se acordó, que eso serí­a bendicir y en casos extremos bautizar.

Lo que tenemos es simple y sencillamente un libro de historias de puros viejos amargados que sufrieron de la peor paranoia posible pues fueron los primeros superticiosos. La ignorancia los conllevo a explicar su falta de entendimiento: Hay un poder divino dispuesto a causar todo tipo de calamidades en uno porque de alguna manera habí­a que taparle el ojo al macho, ergo la raison d’íªtre del ente omnisciente. Además, explicar cada fenómeno natural, desgracia y maldad estaba causando estragos en las filas de los sacerdotes de aquellos entonces y reducir el nombre de las maldades a Uno [en esencia, echarle todo tipo de broncas a Dios] era lo más factible y sencillo amén de ser lo más practico, por demás, razonarón los ruquillos, el gíüey ya ni nos pela.

Hasta la fecha este secreto de nuestros ancestros no ha sido descubierto. Y desde entonces estos viejos horribles, koolaids, apretados, tijeras, y ojetes nos han dictado sus miedos porque, en este mundo, hay que ser supersticioso para poder sobrevivir, no al Dios que nos inculcan sino al terror que nos impone el miedo que le tienen a la vida, la humanidad y porque alguien tiene que dominar, controlar el terre. Cosa que es entendible pues una feria es una feria y el negocio de Dios es un billete compa. Y qué mejor exprimir una lana de una superstición como la de Dios.

Dios, el judeo-cristiano, es una superstición, period pero deja una lana si sabes userle bien, como el que vende patitas de conejo, como el que se aprovecha de los que quiebran espejos y sueñan con gatos negros cruzar su paso.


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