Falta mucho para que el verano, o Estío, como lo he venido conociendo desde que deje mi país, termine.
Pero la inmediatez que la palabra sueca, sensommar adquiere no me deja respirar en paz, siento que se me avecina, cual muro en pos de acabar con todo a su paso dado el caso de derrumbe. Sensommar seríase algo así como la inmediatez de lo próximo cuando algo está por terminar, en este caso, el estío sueco.
Y es que las nubes de este primero de Agosto me dejan un tanto estupefacto. sensommar contrae con sí el morado, lo azul al punto del purple leve, y un gris azul inexplicable. Gaddogit, ¿qué más contrae un color así que no sea un atardecer primaveral allá en Tijuana? Por ende el nerviosismo sin explicación.
Me recuerda a las pinturas de un pintor europeo, pues no tengo memoria de un pintor mexicano que logre llenar este vacio que quiero llenar con estas plabras. Miento, José María Velasco y su ”Bahía de La Habana” bien podría dar una pista a lo que digo. Lo único que recuerdo de pinturas silvestres, si por así se podría denominar lo que quiero pintar con palabras, son las pinturas de ese gran pintor cuyos paisajes se muestran en cajetillas de cerillos de cera por toda la república.
Sí, sé que sabes a lo que me refiero cuando hablode pintores europeos, me acuerdo de Théodore Géricault.
Sí, estoy enojado con la burocracia mexicana y por su falta de nacionalismo. Me da ira cada vez que tengo que recurrir, en mi imaginación, a lo europeo cuando lo mexicano llenaría mil veces más este hueco vacio de historia, no ya del pasado, sino del presente, en mi dirario devenir que a no ser por iniciativa propia amén de la internet, jamás lograrían, no ya materializarse sino ser. Se siente gacho recurrir a lo Otro cuando lo de uno esta latiendo con vida aún y muriéndose por un poco de atención.
Y es que si nacionalismo significa algo eso seria amor a lo propio.
En México eso no logra manifestarse de la manera que debería.