Una de las problemáticas que el PAN y el PRI, o PRIAN como los del PRD le llaman, es que no tiene un proyecto que se contraponga a la actual Política Exterior que ha existido en México desde hace más de 76 años.
La sumisión hacia los EEUU que la Doctrina Estrada representa hasta hoy en día, para los intereses mexicanos, no tiene cabida para el México de hoy.
La mayoría de mis conciudadanos mexicanos, apáticos que son ante la Política Exterior, no se dan cuenta de la responsabilidad que una nación como la nuestra, con sus 103 millones de hábitantes, representa para el resto del mundo. Es por eso que la cuestión del Hotel Sheraton representa un precedente jurídico que ningún partido se esperaba.
La visión mexicana no anticipó la movida de esta jugada en el cuadro del ajedrez diplomático que México y los EEUU juegan. Y es que no es coincidencia que los hechos hayan ocurrido como ocurrieron, si no ya tuvieremos a Fidel Castro en la ONU echando sapos y culebras en un micrófono cubierto por un pañuelo cubano y miles de blogs hablando de ello, vaya, hasta el subdelegado Zero se hubiere visto obligado a decir algo al respecto.
Si algo desmostró la jugada es que la clase política mexicana está bajo las auspicias del poder norteamericano ya sea el PRI, PAN o PRD.
La pregunta es, ¿qué es lo que los EEUU vio en la tabla al mover sus piezas de manera tan brusca? It was a jolt, so don’t fuck with me.
No es que la soberania ni la constitución (Aznar) este en juego, sino que la movida, su intención, fue hacer pensar y he ahí la intriga.
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