Yonder Lies It

apologí­a de un blogwriter mexicano

Venga, sí­, son arriesgados y bueno, cada quién su via cruxis. Pero yo no. No tengo la disciplina para ello y mucho menos el cerebro para desinfecctar cada palabra de su subjetividad o acomodarlas de modo que no ofendan la dignidad de la buena población o el intelecto de los académicos que se dan í­nfulas de guardianes de las letras hispánicas porque están comodamente sentados en alguna silla de alguna universidad patito de Latinoamérica.

Es por eso que me asombra la gente mexicana que publica blogs y propogan a los cuatro vientos que han escrito un libro. Quizá sea un acto de desesperación; las ventas no van bien, nadie menciona el pródigo intelectual del autor, blah, blah. Que dejaran que el libro hablara por ellos mismos serí­a pedir demasiado por estos dí­as. Ok, nice marketing. Pero, escribir un libro en México no le da mayor diseminación/cobertura a las ideas que tener un blog como este. De hecho, considero que the wave of the future, en las letras, es este mismo medio que usas para leer esto.

Y es que mi blog, como lo tengo, el tiempo que le he metido para que los robots de busquedas lleguen y anuncien a los cuatro vientos su contenido, sin decir pí­o, es más factible y rentable [right click y hazle click a View Page Source]. Mi contador no lo uso para ver quién me ha visitado, sé de antemano quienes son los visitantes o lectores [términos difí­ciles de separar en el universo del blog] sino para ver que tipo de preguntas la gente anda plantando y para ver si de alguna manera mis ideas les han servido en su busqueda.

Si el mayor elogio de un escritor de libros es que su libro sea leido mi blog me hace sentir muy bien todos los dí­as y sólo una minúscula parte de la audiencia es gente que me visita/lee con alguna migaja de frecuencia. La mayorí­a, un 90%, nunca ha oido hablar o leido sobre ”Julio Sueco” o ”Sí­ndrome de Estocolmo” y todas sus otras manifestaciones alternas. Además mi blog nunca corre el riesgo de terminar en un estante coleccionando dust bunnies como hobby. Siempre hay alguien leyendolo. El promedio es 90-100 visitantes/lectores al dí­a y eso que llevo ya más de 3 años en esto.

Van a decir, envidioso, como tu no has publicado un libro ….

No es que sea envidia pero venga. En un paí­s de 103 millones de patas prietas rajadas, que salgan con sus putas mamadas de que un tiraje oscila entre los 3 o 5 mil libros por primera edición es chaqueta mental. Y eso que muchos se creen el cuento de Beneditti de que hay que escribir a lo universal cuando la mayorí­a de los libros no salen ni siquiera de sus propias comarcas.

Peor tantito:

Esas ideas se quedan en un circulo cerrado y por demás ponzoñoso y estancado. El cí­rculo de amigos son los mismos de siempre y los que hablan del libro son los mismos ojetes que se dan í­nfulas de grandeza intelectual cuando sólo son ellos mismos que sufren tormentos de megalomaní­a en bares, dizque de baja ralea, para seguirle la tradición a los ’intelectuales’ del siglo pasado. Am so Rimbaud darling, am so Wiliam Burroughs, wuacatelas what not. Los anteriores se hundí­an en la miserí­a para poder contarla y no vivirla, en la burbuja de plástico que muchos escritores de México de hoy en dí­a usan, para no rozarse con la gentuza. Dios, si viere un Hemingway lo chic que es la baja ralea se irí­a inmediatamente a vivir la high life con Robert Graves.

No hay lectores nuevos a pesar de que haiga gente que diga lo contrario. En México sí­ existen ”buenos lectores”: Diego Garcí­a Elio México, 14 Feb (Notimex).- México no cuenta con los lectores suficientes que los editores quisieran, aunque sí­ existen ”buenos lectores” que buscan lo que se está publicando, consideró hoy aquí­ Diego Garcí­a Elí­o, director del sello DGE/Equilibrista. (18:58)

Las empresas que se dedican a vender libros no hacen ni la más mí­nima acción popular por hacer que haiga más y mejores lectores para poder vender más y tener un mercado más abierto para la lectura, de perdis, dentro de México. En pocas palabras, no hay re-inversión en el mercado que es su pan de cada dí­a.

Por el momento, para mi no vale la pena tener que hacer todo el puto esfuerzo que escribir un libro requiere para tener que venderlo por un puñado de pesos sólo para que mi nombre resalte. Otro punto que no se discute, o no se oye mucho, pero de seguro que sucede con más frecuencia de la que se admite, es que las casas editoriales hacen un puñado de dinero al vender copias extras sin que el autor se de cuenta de ello. Bien dirá el libro que el tiraje fue de 3 mil pero las editoriales bien pueden hacer 5 mil sin decir pí­o al autor y esto en México no es paranoí­a. Es cuestión de hacer cuentas. No señores, mi audiencia es otra, la busco y como buena araña, tejo mis redes y aquí­ vienen a dar. Ahí­ están los contadores. Ahí­ están los tipos de preguntas que se plantan los que buscan y se ve que no sólo son de México sino del mundo entero.


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