Yonder Lies It

sobre Conversaciones Privadas

No me cabe la menor duda que el estilo de escribir de J. Jesús Blancornelas es uno hecho en Tijuana. Tampoco me cabe la menor duda de que la narrativa de su estilo se debe mucho a su medio ambiente. Es de San Luis Potosí­ pero haz de cuenta que es de Tijuana. Ni él se escapa de romantizar la Cosa Nostra.

Lo digo porque las voces que salen de Choix Editores han sido voces que agarran tintes ultraconservativos. No es para nadie ajeno la descabellada idea que propusieron hace varios años atrás. Querí­an eliminar, prohibir los narcocorridos y de paso se querí­an llevar hasta el Himno Nacional.

De hecho, la propuesta dio frutos puesto que las radios no suelen tocar corridos. Ni cuándo se escuche un corrido del As de la Sierra y lejos quedan en la historia aquellos corridos de mi adolocencia como Carga Ladeada con la de voz de Lorenzo de Monteclaro o la Banda del Carro Rojo de los Tigres del Norte. Amén de que los servicios del corrido en el Norte son para pormenorizar e informar a la población de las andanzas del mal, eso ya no es público, se ve mal romantizar esas cosas, al menos que seas un periodista de la talla de Blancornelas, porque entonces, la única licencia poética para ello la posee él.

Blancornelas pues ha propuesto mucho en un debate en medio de una misa de sordos donde cada quién escucha lo que quiere o sino lo inventa o como reza el dicho que se me inculcó en mi casa pues, el sordo no oye, pero bien que compone. Y así­, cada quién es susceptible a los berrinches morales de Blancornelas pues es nuestra máxime autoridad en cuanto conocer al mal se trata. No hay como él. Su voz se escucha.

Po eso leerlo produce ciertas ambivalencias encontradas.

Al mismo tiempo que lees que el crimen ha sobrepasado a la sociedad y que nos estamos ahogando en nuestros propios pecados y que los ciudadanos le temen hasta a la policí­a puedes leer que los capos tienen pistoleros ’estrellas’. A Blancornelas le gana la emoción1 Es nada más de leer varias de sus Conversaciones Privadas para constatar lo siguiente, léase, por ejemplo, Tres millones de dólares Edición 1659 donde se puede leer que ”Los Arellano olvidaron a “El Mayo” Zambada. Querí­an matar al tal Ramí­rez pero ya. Por eso en febrero del 97 mandaron llamar a su pistolero estrella …” [my underlining] o si no leer edición número 1655 donde un narcotráficante es ajedrecista.

, le entusiasma el tema que trata y cualquiera que escribe sabe que uno termina enamorado de aquello que uno escribe.

Por eso los pistoleros de Blancornelas agarran tintes que brindan fama. Los romantiza.

Cosa que no pasa desapercibida en nuestro periodista estelar. Aquí­ podrás leer porqué.

De por cierto, nótese cómo es que una de las figuras más importantes de la ciudad de Tijuana no aparece en wiki en español, sino en inglés.


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