Yonder Lies It

negociar de lo privado

La mayorí­a de los que salen para el Norte o Los como se le conoce en el argot de los tijuanenses que se dedican al tráfico de seres humanos, sufren en promedio algunos 20 chocks, profundos, culturales antes de asentarse en sus nuevos entornos. Al momento de salir de sus comarcas y al acercarse a Sinaloa empieza el show. Los sardos luego luego le miran la cara a uno. De ahí­ para adelante no es más que autoridad tras autoridad husmeando a ver quién anda transitando libremente por el paí­s, así­ justo como lo estipula la Carta Magna. Quieren saber que estes gozando de tus derechos. A mi me la pelan los putos pero esa es otra historia aparte, uno del norte al sur no sufre ni lo mí­nimo comparado con uno que viene del Sur de México. Después, las fronteras dan muestra de su crueldad bondadosa.

Sí­, es México, pero no el México que ellos conocen. Sólo en México creemos que el paí­s es una casa de dos cuartos siendo que México cubre más de 6 paí­ses europeos y sus islas los pequeños principados de Mónaco, Lichtenstein, el Vaticano, Andorra, Luxemburgo y San Marino.

Al entrar a los EEUU, y ya establecidos, la forma de vida de los gringos es ya el quinto o sexto chock cultural que nuestros amigos sufren, mas sólo uno de estos chocks es lo que nos interesa aquí­.

Al entrar en contacto con las autoridades estadunidenses nuestros amigos descubren que de repente, el gobierno gabacho está interesados en ellos. El gobierno estadunidense quiere saber todo sobre ellos, o por lo menos cunánto dienro ganaron durante el transcurso del año.

En México, para la mayorí­a, los pobres, simplemente no estamos impuestos a que el gobierno quiera saber algo de uno.

Por eso al llegar a los EEUU lo que serí­a algo rutinario de repente se vuelve algo nuevo, llenar formatos aquí­, rellenar formas acá y todo sobre uno, que dónde nacio uno, cuántos años tiene uno y así­, la lista se alarga ad infinitum.

Por eso no tenemos problemáticas con la privacidad en México.

Al menos, claro, que se trate de votos y las urnas. Cuestión que pocos hoy en dí­a comprenden y el impacto del cambio psicológico hacia el fenómeno pues de repente la cultura de votar se tornó una de saber de antemano el cómo uno votaba en las urnas a el no saber. Por eso la frase el voto es secreto fue un parteaguas psicológico sin igual y un fenómeno poco examinado en nuestra cultura.

O de fuerzas politicas porque entonces el CISEN se hace pájaro y le gusta plantarse en las lí­neas telefónicas.

La privacidad es un engranaje vital a las funciones de los EEUU y por lo que he vivido, en Suecia y creo que es lo mismo, en el resto de Europa Occidental.

En terminos legislativos estas sociedades están siempre argumentando en torno a la privacidad y se discute ferventemente qué es privado y qué no amén de sus lí­mites.

Es por eso que uno de los escandalos que está sacudiendo a la administración de George W. Bush causa tanto furor entre la población cibernética de la blósfera gringa.

Se violarón los derechos de privacidad de los estadunidenses.

Esto a pesar de que el gobierno ya sabe lo que tú y tu mamá hicieron last summer. Para nadie es un secreto que estas actividades son el pan de cada dí­a de todo tipo de institución en los EEUU. Tal es así­ el caso que en Europa se está investigando el caso de ECHELON, un programa de espionaje que abarca a todo el mundo, intercepción de mensajes hasta en el baño, sí­ es posible, es la orden del dí­a.

Vamos, ese es su business y nada detendrá a los EEUU espiar, pero a nuestros amigos gabachos les causa sorpresa que a ellos, sus ciudadanos, de repente les haiga caido la visión del gran Ojo de la pirámide detrás del dólar encima de ellos.

En los EEUU todos quieren saber de todos, ese es el business y como varios blogs lo han notado, namely Daily Kos and the Agonist, por 110 dólares una compañia de los EEUU puede proporcionarte todas las entradas y salidas de llamadas telefónicas de cualquier número telefónico que tú quieras.


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