Miguel León-Portilla
¿HAY ALGO MíS ALLí DE LA MUERTE?
Abandonados con la tristeza,
quedamos aquí en la tierra.
¿En dónde está el camino
que lleva a la región de los muertos,
al lugar de nuestro descenso
al país de los descarnados?
¿Acaso en verdad se vive,
allí adonde todos vamos?
¿Acaso lo cree tu corazón?
í‰l nos esconde
en un arca, en un cofre,
el Dador de la Vida,
el que amortaja a la gente.
¿Acaso allí podré contemplar,
podré ver el rostro
de mi madre, de mi padre?
¿Se me darán en préstamos allí
algunos cantos, algunas palabras?
Allí tendré que bajar,
nada espero:
nos dejaron,
acompañados con la tristeza.
Cantares mexicanos, fol. 14 r.
LA MUERTE COMO ESPERANZA
En verdad lo digo:
ciertamente no es el lugar de la felicidad
aquí la tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte:
allá la felicidad sí existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la tierra?
Otro es el sitio de la vida.
Allá quiero ir,
allá en verdad cantaré
con las más bellas aves.
Allá disfrutaré
de las genuinas flores,
de las flores que alegran,
las que apaciguan al corazón,
las únicas que dan paz a los hombres,
las que los embriagan con alegría…
Cantares mexicanos, fol. 1 v.
AMOR Y MUERTE
¡ Que se abra tu corazón!
¡Que tu corazón se acerque!
Tú me atormentas,
tú me das muerte.
He de irme para allá,
donde pereceré.
¿Llorarás por mí una última vez?
¿Por mí sentirás tristeza?
En realidad fuimos sólo amigos,
yo tengo que irme,
yo tengo que irme.
(Cantares mexicanos, fol. 26 r.)