El final de los tiempos (Diario Mexicano) II

Bueno, como los 30 dí­as de prestamo están pisándome los talones habrá que dictar sentencia del paso de la lectura hoy. Habí­amos regurgitado alguna opinión al respecto sobre el famosillo libro ya aquí­. La presentación del libro dejó mucho que desear tanto por parte del autor como de la editorial y eso que la editorial está para educar. Ahora damos pormenores de la narrativa.

Decí­amos que el español, un tal Mario, renombrado catedrático, se las gasta dándonos hasta crema de más para nuestros propios tacos, se pasa de gabers. El personaje que nos habla en Diario Mexicano me habí­a caido en la punta de la verga y así­ sigue siendo, el gapuchí­n no defrauda, dan ganas de partirle en en su santa moder y si fuera como el Augusto Pérez de Unamuno, no dudarí­a en partirle en toda la jeta y de paso ponerle una patada en los tanates por ser el gran hijo de puta, presumido sabelotodo y pasarse de vergas, pinche acádemico valí­n, arrogante creido hijo de su putí­sima, pero no quiero que las emociones me ganen así­ que prosigo mejor.

Mario es invitado a México, el DF, por medio de un pariente lejano que ha vivido mucho tiempo ya en México y sueña con regresar a España pero, chí­n, he’s too fucking mexican para eso y recuerda a los españoles esos de que después de hacer su fortuna en América les decian hombres de indias, indiado, ya de regreso a España. [De por cierto, acá os dejo un buen link sobre cómo los españoles han visto al resto de América en sus fucking wet dreams.] El caso es que el tí­o abuelo, Jota Jota, ya está viejito, de 87 años, rucailito pues, y su único interés, al parecer, apenas voy en el capí­tulo VIII (pág 106), es que le asesore una tesis que tiene sobre Quetzalcóatl (el link que les puse en denantes les servirá para entender esto) y las putas ideas que los gachupines tienen sobre lo que para ellos se denomina como Las Indias (a los gabachos El Dorado) O sea, hay oro y eso les vuelve loca la imaginación a los españoles, al parecer, aún estoy en la lectura, recuerden y bajo amenaza de que mi biblioteca local me mande pedir el libro, so, en eso estoy.

Lo í¹nico que ha salvado al librito es un poema muy bien estructurado y que me abrió los ojos por la posibilidad de juego de palabras. Ahora está a punto de echarse en cama a un chica, Hannele, una mexicana alemana que ha vivido con Jota Jota desde pequeña y la cual es toda una señora treintona ya. Sospecho que Jota Jota ha mandado traer desde Madrid a Mario más por ella que la obsesción que supuestamente le tiene a descifrar el misterio de Quetzalcóatl el cual le resta el sueño, mas es menester, antes de que la lluví­a de insultos del gremio femenista de la blósfera me caiga, que Mario no es un jovenzuelo, es un ñor too, y me lo imagino con arrugas porque le da por fumar a cada rato al gíüey, en fin, así­ lo dejamos y esperemos haiga un fin agradable para todos porque así­, no importa que hasta multa pague por tardarme en entregar en librito.


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