El final de los tiempos (Diario Mexicano)

Voy en el segundo capí­tulo. Me gusta este tipo de trabajo. Algo similar o aproximación es el tema que Giaconda Belli utilizó en La mujer habitada. Utilizan no ya la mitologí­a del pasado de tierras precolombinas sino que formulan su visión del mundo bajo estos lentes del pasado. El libro tiene en su portada una imagen de la vida y muerte y otra imagen similar, mas opacada y de trasfondo, en el reves del libro.

Lamentablemente no se da la información sobre este icono en el libro ni siquiera la fuente de la imagen como se es acostumbrado hacer en todas partes. La imagen pertenece al Códice Borgia, lám. 56, [Mictlantecuhtli y Quetzalcóatl] por estos dí­as el códice se encuentra en la Biblioteca Apostólica de la Santa Sede.

No sé con qué fin se presentó ésta imagen en el libro pero me imagino que se debe a que se narra la dualidad de la naturaleza humana en cuanto a la vida y la muerte y la dualidad del devenir y el ser del humano.

Aquí­ lo que a mi me interesa y no el grave error de relacionar una imagen de lo que se especula pertenece más a la región Mixteca-Puebla y no la azteca a la cual se refiere con un éxtasis incontrolable por toda la narración de los dos capí­tulos que llevo ya, son las vigencias que hay en la narración.

El libro se llama El final de los tiempos (Diario Mexicano) por Juan Ramón Brotons. La versión que tengo en mi cabecera es una hecha por edelsa, Grupo Discalia. El libro ganó el Premio 2001 Decimocuarta Consonante. (Otra cuestión que no alcanza a comprender mi intelecto, en la portada aparece adjunto al tí­tulo una imagen de una ñ con una leyenda: Collección Decí­mocuarta Consonante; mas la decimocuarta consonante es la Q y no la eñe, la eñe es la duodécima consonante [scratches head incontrolablemente], quizá el nombre se deba a que nació antes de la reforma al abecedario, who knows.)

Francamente es un libro para españoles. Aquí­ se dejan ver todas las putas malas costumbres que caen en la punta de la verga a cualquier mexicano cuando se topan con la soeza española, para nosotros, claro. Y es que los españoles tienen en su conciencia otra historia más reciente que les aqueje.

Nosotros los mexicanos aún cargamos con la puta Conquista a piel de flor.

Después les narro más de este libro, por el momento sólo baste decir que en este libro, el español me está cayendo regordo, quizá indicio de buena lectura.

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