contra mar.|
La escritura me ha servido de algo: autodescubrimiento.
Quisiera resumir mi mexicanismo en el exilio en dos partes.
Una: mi amor a México y todo México.
Dos: el cuestionamiento de todo esto desde mi mexicanismo tijuanense.
No sé cuando me empecé a dar cuenta de ello pero hubo un momento en que empecé a dudar.
Llego un momento en que ciertas cosas no cuadraban, me di cuenta de la romantización de aspectos mexicanos porque estoy en el extranjero.
Quizá es uno de esos beneficios de estar lejos de la tierra de uno.
Ayer me llegaron estos pensamientos en forma de rechazo. El mero día de los muertos.
You see, am not an ordinary mexican.
En mi ciudad, con mi amigos, jamás celebramos el día de los muertos. El mero día era el día de Halloween. Nunca el día de los muertos. No sé, pero así fue. Nunca lo celebramos, quizá fue una cuestión de juventud, pero nunca, nunca fue algo intrínsico a mi cultura, mi cultura tijuanense.
Hoy en día miro estas cuestionas en mi ciudad como raras. Como una fashion a la Frida Khalo.
En esto he descubierto algo de mi, algo de mi mexicanismo.