Everybody says am phat

Esto me recuerda al PGBeas. La última vez que lo waché me lo tope en el Dandy’s, estaba cotorreando con la Karinusha y yo llegué buscando al Refried Gringo, al clacharlo sentado viendo un partido de beisbol llegué hablándole en inglés, fue cuando lanzó su voz para llamar mi atención: ¡Julio! Y ái’taba el gíüey, casi no lo he cotorreado mucho aparte de una visita que le hice a su cantón al playón para llevarle una promesa que le hice de traerle unas birrias suecas y en otra ocasión po medio de unas llamadas indiscretas a su teléfono célular preguntándole por cierta dama que me robó el corazón allá en el DF. Ya una vez en su casa me puse a fumar frajos como locomotora del siglo XIX mientras nos observabamos como dos pumas dándose vueltas a ver qué, el fumaba sus cigarrillos, yo miraba unos magazines en inglés sobre, guess what? música, que tení­a en una coffee table de su sala constantando y preguntándome qué tanto inglés sabí­a el gíüey ese que ha logrado inyectar la palabra norte en la conciencia de Tijuana de una manera que miles de sinaloenses y otros más norteños no pudieron hacer ni con su presencia másiva en la ciudad. Me invito a escuchar una rola que estaba componiendo lo cual me halago pues nadie antes la habí­a escuhado más que él y hasta en ese entonces yo, ¿o será ya mi fantasia de metiche en esta narración? Una orilla de la mesa presumí­a una copia en miniatura de la copia de la Torre de Agua Caliente (recuerden, la original estaba por otro lado y se le conocí­a como Campanile o Carranza Beacon and Chimes tower) y al tocarla con mis dedos al PGBeas se le salió una historia de su pecho al instante con todo y humo de su boca al estilo de la Oruga del Paí­s de las Maravillas.

Ese dí­a estaba un poco inquieto, el humo de mis frajos me molestaba porque sentí­a que le chingaba el equipo que ahí­ tení­a, pero esa es otra historia, al final agarré una burra y me regresé a mi terre, pero retornemos al Dandy’s unos meses más después del aquell dí­a, me habló y nos abrazamos como dos viejos amigos y es cuando me di cuenta de mi gordura, ni pex. El vato se abrió, creo que los extranjeros le caimos mal o fue lo generoso que un gringo puede ser en Tijuana y un tijuanense exiliado sin dormir, con jetlag y pedo invitándole al PGBeas birria y botana. A lo mejor se sintió obligado de retachar el favor pero eso ni se nos cruzo por la mente, a lo mejor caimos mal por pedos, quién sabe, el pedo es que se abrió con esa licencia poética que tiene bien merecida el gíüey, y se llevo a la guapa de la Karinusha con sí­, sólo alcanze a darle un beso en la mejilla a esa guapa mujer mientras mi cerebro ya ebrio fantasiaba noches largas por la Bufadora.

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He estado ausente de la red por causa de fuerzas mayores. Me entró un virus a la compu por andar viendole los chones a unas japonesas en la red, gad, que debilidad más flaca la mia, no pude resistir las palabras ní­pones + bragas juntas sin evitar hacer click en un abrir y cerrar de ojos impulsivamente, qué primitivismo. Al final tuve que formatear la compu. No big loss. Ya estamos al aire de new.

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