Yonder Lies It

El paso del tiempo

Así­ que estuve el otro dí­a contemplando.

Y lo curioso es que vi pasar por los ojos de mi mente algo intangible, algo entre el objeto visto y la acción de ver, en medio de esas dos actividades se apareció. Me imaginé sus movimientos porque él sólo sabe ir para adelante y nosotros no sabemos ir hací­a atrás más es visible su transcurso en las cosas de la vida. Los árboles crecen, las casas se hacen viejas, y los objetos se deterioran. Su paso afecta todo. Mas lo curioso fue ver lo visto y como él (ella?) pasaba y vi su paso como un niño ve el mundo en un carrusel más en cámara lenta. Y empieza la teorí­a de la negatividad. El tiempo no es invisible pues rastros tras de sí­ deja. El tiempo no es pues nunca su paso detiene. El tiempo no se mira pero sí­ es posible su manifestación como un fenómeno cuyo habitat es la nada, el espacio que no se mira pero que está-ahí­.

Lo curioso es que el paso del tiempo tiene en la imaginación colectiva connotaciones negativas; cuando limpiamos una casa que después de mucho no ha sido habitada por gente el polvo asentado y las telerañas con sus colores albos representan el pasado, lo viejo. Lo quitamos, con el tiempo no se puede coexistir porque tenemos que olvidarlo a toda costa, limpiamos a diario. Lo curioso es ver crecer el césped, las uñas de mismanos o dejar psar el tiempo así­ nomás porque sí­ y la sicologí­a humana luego leugo empieza a tacharlo a uno de huevon, flojo, sucio, si dejamos que el tiempo transcurra por uno sin el más minimo esfuerzo los valores que tenemos para contraarrestar (esa falsa ilusión) el paso del tiempo empiezan sus mecanismos, no podemos dejar que algo así­ le suceda a un ser humano.

Más da señas aquí­ y allá. Hoy en la mañana vi, por ejemplo, como unas flores salvajes de mi jardí­n ayer estaban, relucian su esplendor, hoy una araña tejió su casa-caza; para mí­ durante el transcurso del tejido y el ayer del esplendor representa un paso del tiempo. La vejez. Mas no tiene por qué ser así­. La relación telearaña y el esplendor de la flor no tienen nada que ver con el paso del tiempo. Mas la deterioración de la flor y su existencia de un dí­a para otro sí­. Hoy la vi, mañana no. El tiempo se la llevará, el proceso de descomposición más bien, pero digamos el tiempo, es más fácil de entender.

Dí­gamos que el tiempo es descomposición pues en el sentido que en esta tierra se nace y se muere.

Porque hay otras cosas que la descomposoción no afecta como el stainless steel; a ese lo único capaz de acabar es el fuego.

La memoria de la humanidad se acabará también. Algún dí­a este mundo cesará de dar sus vueltas. ¿Y quién en este universo hablará de las letras estas aquí­? ¿O de las de Octavio Paz, o de las de Rosario Castellanos?


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