Curiosamente, aquí en Suecia las mujeres que pasan más de los 40 empiezan, como los atardeceres del día, a mancharse de multiples colores. Y no digo que nada tenga que ver con la menopausa, no pa’na, si no que les da por arreglarse y pintarse el pelo como nunca lo hicieron de jóvenes, y no es que yo haya pasado varias decadas aquí ya, vaya, sí apenas llevo 7 años en este país que yo creí más desafios presentaría. Pa’na, sí no que es lo que observo. Mas hablando de desafios, una de las razones por la que me lanzé pa’cá fue por el desafio de aprender una nueva cultura, sólo se vive una vez en la vida ¿no? ¡aja! pensé en aquel ’tons, sería bueno irse como indio pata rajada a nuevos entornos, yeap, una nueva cultura, un nuevo idioma, un nuevo clima. La neta ya estaba cansado del sol Californiano, de mi vida bilingíüe, de espalda mojada en el otro saite.
¡Qué lejos queda ese día ya! Ahora miro pa’trás y los resultados son más que óptimos, sé sueco, estudio filología castellana y inglesa en sueco, conozco la cultura sueca como la palma de mi mano y estoy acostumbrado al clima.
¿Qué me dapara el día de mañana ahora?