Aprovechando mi estancia en el DF hice una pequeña investigación familiar que me llevo a la Hemeroteca de la nación. En una de esas busquedas di con la revista Alarma! y me encontré estos reportajes hechos en Noviembre de 1965:
De por cierto, no es cierto que haiga tolerancia en Tijuana, ya que mientrás a los ciudadanos Tijuanenses se nos caracteriza como tolerantes, causa verdadera lástima que este sentimiento no sea recíproco, puesto que yo he sufrido en carne propia despectivos que van desde el lenguaje que uso como Tijuanense hasta sufrir el hecho de ser considerado un apátrida y todo gracias a advenidizos que vienen a Tijuana donde encuentran una casa donde vivir y la libertad de criticarnos a nosotros, esa minoría sin voz. Y dudo mucho que sea el único que haiga vivido esta experiencia.