No se puede decir que yo también lo hice pues vivía ahí y ahí los cursé, por ende mis libros nunca salían del país ese al otro lado. Por eso es interesante leer el proyecto que Omar Pimienta menciona en su blog sobre los bookleggers. Yo sé que es un fenómeno de antaño pero nunca pensé que se diera a esa magnitud que los bookleggers insinuan.
El hecho es que les estamos ganando a la buena o a la mala pero les estamos ganando. Y es que si se piensa San Diego-Tijuana como el binomio que es entonces deberíase de existir medios para que los residentes de ambas ciudades tuviesen oportunidades para desarrollar la región.
Lo malo es que esta educación que más que nada es ganada a la mala no tiende a ser una educación superior que digamos, son muy pocos los Tijuanenses que adquieren una educación universitaria al otro lado de esa manera.
Y es que las cuestiones culturales entorpecen o enciegan diría yo, a las empresas de Tijuana puesto que no saben aprovechar la educación de estos jóvenes sin estadísticas, ni representación pero educados.
Es una educación robada, a eso va el proyecto de bootleggers, por algo lleva ese nombre y habla mucho sobre la aspiraciones de los Tijuanenses que se quieren superar a toda costa.
Wet minds, who would of thought it would come to this ….
Interesante.