Oficialmente he terminado dos años de filología inglesa. Just in time. De hace rato que la lengua inglesa la traigo ad nausem. No sé si es el invierno o mi amor por mi segunda lengua natal, nativa, mia, esta en un proceso de apatía.
El inglés comenzó en mi vida al nacer a escasos metros de la línea, en la Pancho Villa, en Tijuana. Lo digo así porque mi familia era gente de puestos de curiosidades. Después, no tendría ni los 8 me aventuré a Los, allá, con la ventana de oportunidad a la que Chomsky se refiere, adquirí mi segundo idioma. Siento que cierro una especie de circulo porque dos años de estudios universitarios en el ramo de inglés ya es algo, en sueco le dicen magisterexam, en inglés Master’s, aunque aún me resta por terminar unos examenes más (2), mas esos los hago después, que se esperen, sí, soy burro pero ni modo, burro rayadito con spray negro jejeje.
Hoy termina ese aspecto de mis estudios. ¿Aprendí algo? Sí y no, no me importa, aunque admito que sé más al respecto que hace dos años atrás.
Mas las humanidades, los examenes, la escritura obligada, el analysis forzado, buscar aprobación, todo eso es un juego de bipolarismo emocional, pues es un sube y baja de saberte inteligente sólo para darte cuenta que no lo eres cuando fallas.
¿Los valieron? Ahora no puedo verlo, pero ya al traducir documentos veo con qué organización hago mi trabajo, lo hago con más cuidado y le tengo más respeto a la palabra, quizá adelante me alegren mis logros, hoy sólo reflexionamos que dos años de estudios de filología inglesa han acabado.