Es curioso como ciertas cosas no cambian, por ejemplo buscar la sombra.

Cosa que se les hace raro a los Suecos ya que ellos buscan el sol, y no sin motivo pues durante más de 300 dí­as durante el año practicamente el sol sólo existe en la TV en una croquis del mundo que enseña la metereóloga en un paí­s mediterraneo. Por estos dí­as hace calor en Suecia y el sol se afoca más y más a tal grado que calienta de manera calurosa. Lo malo es que nada más pasa cualquier nubecita por su lado y te hace recordar on’tas. Cuando recien llegue se me hací­a una caracteristica muy exótica, lo comparaba con un enorme refrigerador y apreciaba mucho esas cualidades del dí­a en mi nuevo paí­s, yo alegre pues de por fin tener un relivio de ese sol abrasador de por allá y con los ojos cuadrados de saber que las fantasí­as aquellas que el sudor me hací­a imaginar se me hací­an realidad aquí­. Yo tan impuesto al sol californiano de mis californias. Fue aquí­ on vine a saber que california derivo su nombre de dos viejas palabras de nuestro idioma, Calido y Forno.

Bueno, se les hace raro pues a los suecos, cuando por naturaleza y costumbre busco la sombra al menor indicio de sol, son cosas que no cambian, la verdad. Hasta con A, un vato de Coahuila, casado con una sueca, compartí­ unas buenas y estruendosas sonrisas al respecto ya que a él se le hizo raro una vez que fueron a un picnic, me contó, que estando pues en España su mujer y una amiga de ella alegres de la vida por tanto sol y buscandolo en su afán mientrás que él lo evitaba con todo lo que daba.

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