Nos alborotaron el otro dí­a, se nos dijo que estábamos invitados a cenar con el Presidente Vicente Fox.

Me llego un mensaje: apúntense! rápido, y antes de que se haga too late my friends. Bueno, dije, when am I gonna have un chance así­ again? Me apunté. 5 minutos después de haber mandado por mi invitación al correo electrónico de la embajada aquí­ en Suecia, me llegó otro mensaje de la misma persona que nos calentó el coco: qué no, que siempre no, porque los de la embajada sólo querí­an hacerles la cortesí­a de invitar a los grupos representates de asociaciones de Mexicanos en Suecia (dos tristes gatos por ahí­), que sorry, que el equipo de seguridad del Pres no daban para toda la colonia Mexicana en Suecia (pa’ los cuatro gatos que semos …)

Para ese entonces mi entusiasmo me habí­a lavado el cerebro y hasta empecé a pensar favorablemente de Fox. Jí­jole, retumbo por los tambores de mis oí­dos y materia gris (si es que todaví­a me queda algo de eso) qué demócrata es este Pres …. En la pantalla de la computadora se vio una boca feliz de alegrí­a al oscurecerse cuando mandé mi correo hací­a la embajada y un leve latido de emoción se empezó a escuchar entre los ruidos de las computadoras ….

Bueno, dije, ni modo, le mande decir a mi invitadora, obviamente igual de entusiasmada que yo, que no le hace, valió la pena la emoción contesté. Yo ya me imaginaba a un lado de Fox, cantando unas de los Tigres, de perdis, de perdis me cae …

La sorpresa me vino ayer, domingo, en los conciertos de Popaganda. Me hablaron de la embajada, qué siempre si, estoy invitado después de todo.

Tendré que sacar la rieta que uso de cinto, shainiar mis huaraches y sacar mi sombrero de ranchero.

A ver qué pasa.

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