Tor: Dios de los Truenos

El calor está ya entrando más o menos a lo cotidiano, pero los dí­as de repente pueden amanecer cubiertos bajo capas grises limitando lo uno puede ver, mas de seguro las plantas y el césped ni se quejan del rocí­o que las alimenta de gotas frescas a estas horas de la mañana, son las 07:00 am justo al escribir esto. Suecia es de esos paí­ses donde el agua los mantiene siempre recordando donde están, así­ que si no esta nublado, esta bajo neblina y si no bajo la amenaza de granizo o nieve. El zacate es el más chiquiado del mundo que conozco, basta que no haiga agua por unos dí­as para que se empiece a marchitar.

Pero lo interesante de esto por estos dí­as es un atavismo realmente extraño para mis ojos avellanos. Resulta que el calor produce truenos y relámpagos desmesuradamente así­ que un dí­a entero puede suceder que se la pase tronando y relampagueando. Esto causa pavor entre cierto tipo de personas y todo para a sus alrededores, apagan la televisión, no contestan el teléfono y salen corriendo de sus casas con más miedo qué un gato perseguido por un perro como en Tom & Jerry. De primero se me hizo una cosa realmente exagerado y a susurros y consejos recomendaba con supremací­a americana que esa gente deberí­an ser vista por un psiquiatra. Un truenito, venga, no es para tanto, pero no, si resulta alarmante las cifras de gente que resulta herida a causa de truenos.

Lo que pasa es que son nubes cercas de la tierra, por ahí­ leí­ que las más cercanas son las de la troposfera pero no creo, aquí­ con un brinquito las alcanza uno a agarrar.

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