No cabe duda que la política exterior del sexenio Foxista pasará a la historia como una de las peores en la existencia de la repúblicana mexicana al grado de catalogarse como catástrofe. Ya había mencionado antes aquí que Santiago Creel debería de renunciar por la labor inepta que lleva al mando de esa institución que carece de relevancia para el país cada día que pasa en la historia de los Estados Unidos Mexicanos.
No sólo se atreve Fidel Castro dictar quién debería de gobernarnos sin que nadie siquiera alce una ceja sino que hasta el mando de la Secretaría General de la OEA hemos perdido gracias a la ineptitud de nuestro secretario de Relaciones Exteriores. ¿Qué hace ese señor todavía sentado en esa silla allá en Tlatelolco, Cuauhtémoc?