Casi no como, y lo hago porque a lo que me dedico lo merece. Me gustaría comer más, la verdad. Antes me echaba unos bistecs bien chingones, con su buena porción de papas. Hoy por hoy no me da mucho por la carne, ni mucha comida pesada. Es más, reduzco mis alimentos a uno o dos por día. Lo que pasa es que me la paso sentado enfrente de un monitor casi todo el día. Eso no da razón para los víveres que antes consumía. Antes corría, me movía, me desplazaba de un lugar a otro por lo menos tres o cuatro veces durante una jornada. Hoy si me muevo es para desentumirme o para salir a agarrar un poco de aire fresco. Así que para esas actividades sólo las mantengo con mucha verdura, cosa ligera, cosa que no pese y mucha cerveza. Pero tampoco mucha, esa si empanza, la neta.
Además ya me decidí no hacerme uno de esos señores panzudos, no, yo quiero ser esbelto cuando ande allá por mis fifty. Quiero estar medio flacón, ser bien vestido y guapo. Aunque creo que para lo de guapo es ya un poco tarde, pero creo que mis looks, que aunque feos es una de esas fealdades que me cuajan bien a mi, o sea que lo feo me viene bien pues, digo, si es que me lo puedo decir yo mismo.