DescubrÃ
que
el aleteo del colibrÃ
suelta
a rienda
suelta
sin darse
cuenta,
o
quizá
sÃ,
aleteos,
que
despiertan
en mÃ,
admiración
en
suspensión
.
Desperté
un sueño
que dejé
en el Ãnterin
salvaje
de mi vida
.
Le tomé y
soplé
Yaponcha te guÃe
al néctar que deseas.